Esto me sucedió hace algunos años, cuando iniciaba mi búsqueda de algún empleo para solventar mis necesidades.
La actividad laboral más popular en la ciudad que habito está relacionada con las maquiladoras extranjeras. Allí puedes obtener un empleo si solamente tienes los estudios básicos o si tienes estudios universitarios o profesionales siempre y cuando cumplas con un requisito imprescindible: afiliarte a un sindicato.
Cumplido el trámite, debes asistir dos veces por semana a las reuniones donde se leen las vacantes de cada empresa y se llama a voluntarios para cubrir las vacantes con las más personas más capaces y en teoría, más idóneas. Se escucha fácil el asunto ¿no? ¡pues no lo es! durante esas reuniones descubrí algo horrible: los impertinentes empujones, los codazos, los aventones, las riñas, los insultos, los jaloneos entre los aspirantes. Todo esto ocurre entre las personas que conforman la multitud ansiosa de tener un trabajo estable, de ocupar una plaza.
Después de asistir a cuatro reuniones y salir un poco lastimada, se me ocurrió levantarme y llegar más temprano que las demás aspirantes. El objetivo era ubicarme cerca de la barandilla del estrado donde se colocaban quienes dirigían la reunión. Logré mi cometido.
Una vez fue leída la minuta, hechos los anuncios sobre asuntos pendientes, aclarados los requerimientos del día, comenzaron los empujones. La multitud, conformada por unas 500 mujeres amontonadas, un número poco despreciable de talento humano para cada sesión, comenzaron a rivalizar de manera espantosa. Fui previamente advertida sobre el peligro de estar allí, pero eso no me desanimó.
Para mi sorpresa, a punto de terminarse la reunión, anunciaron que se necesitaba un Auditor de Calidad para una empresa fabricante de aparatos auditivos. El nivel de estudios que pedían para esta vacante era, por lo menos, de carrera trunca, es decir, no se exigía haber culminado la carrera profesional. Cuando mostraron la papeleta, muchas manos se levantaron e inmediatamente el funcionario se acercó a las que estábamos al frente, nos guiñó el ojo y dijo:
-A ver quién la alcanza.
Y tras ese ridículo llamado a concursar como si se tratara de un espectáculo para él, arrojó la papeleta hacia nosotras. Tuve la suerte de ser prácticamente la más alta de todas las chicas, así que, tras un brinco no muy exigente de mi parte, alcancé la papeleta. Mi triunfo desató la rabia en las rivales, quienes, sin censurar su talento para los improperios, dejaron ver su desprecio por mí ante la frustración de no vencerme en semejante ridículo reto. Se explayaron en majaderías e insultos y pese a que les gané en franca lid, no me sentí realmente merecedora de ninguna distinción especial. Me limité a pensar en silencio que, como en los hipódromos, “gané por una cabeza”.
FIN
Biorelato de Patricia Valkyria que hace parte de la convocatoria sobre textos relacionados con el trabajo y la búsqueda de empleo que lanzamos en febrero.
Martha Patricia López García, nacida en Tampico, Tamaulipas (México), es una enigmática mujer que se considera fanática de los relatos de horror y de los gatos. Tiene la firme convicción de consolidar una serie de textos a manera de diario, que por lo pronto permanecen inéditos. Patricia ha compartido varios relatos con nosotros y hace parte de la lista de autores invitados que cuenta a la fecha con 30 autores.
Foto: Los Muertos Crew
Esto es solo una parte de los atropellos y"violencia de genero"que se estila por acá en mi país, donde la mano de obra femenina es mayormente requerida...y con sueldos que rayan en lo ridículo e inacabables horas extras para rendir con las cuentas,comprar alimentos y criar familia, las obreras sobrevivimos a estas situaciones...algunas cosas han mejorado, pero se podría hacer mas...
Evidenciando la violencia (que no por simbólica, es menos contundente), "y que solo pueden percibir quienes se encuentran inmersos en el mismo campo", muestra que la vida, porqué no, tiene mucho de cine negro...
Que buen escrito...
Felicitaciones.
La Valkiria cabalga de nuevo.
Excelente texto que evidencia la poca evolución de la humanidad, el aspecto laboral y su relación con la competencia.
¡Fuerte!